sábado, 20 de marzo de 2010

El blog, el internet, la palabra escrita

El internet me hipnotiza y me repele. Me ilusiona y decepciona todos los días. Me provoca adicción y me regresa bien poco. Admiro y me fascinan los geeks... pero son santos e iluminados los que no navegan ni tienen hotmail.
Hoy inicio una nueva aventura sin saber bien para qué ni hacia dónde. Si tú me lees un "veinte" yo prometo leerte un "tostón".
Hay verbos que se practican de manera orgánica: gatear, caminar, gritar, bailar, cambiarle al control de la tele.
Tampoco supe bien a bien por qué quería meterme ahí, específicamente ahí... y luego específicamente tan en otra parte ¡y cuánto me ha gustado desde entonces!

Así tan salvaje como abstracto, bien ignorante y también budista empezamos:
Escribir y platicar nomás porque sí, porque así somos.
Friccionar y rebotar con otros entes traviesos: ese nuestro destino y vocación (nada más divertido, por otra parte).
Y en algo hay que gastar el tiempo.


2 comentarios:

  1. Uno se vuelve adicto a pensar, y para que la cabeza no nos explote es necesario purgar los sesos y embarrar dichas ideas en alguna parte. Yo solía leer "La Moyera" jejeje

    ResponderEliminar